Por las mañanas que huelen a rocío
pese a las noches saladas de corazones partíos.
Por la colección de atardeceres que nos da el invierno
como si la vie en rose fuera un cuento que pudiera ser cierto.
Por esa luz entre el blanco y el dorado
que derrite cualquier el frío,
el del cielo, el tuyo y el mío
el de nuestro mundo y todo lo que podría haber sido.
Por el refugio invisible que existe tras el volante,
como si nadie viera a la loca que se le ha puesto delante
Por que que allí las voces, el llanto y la rabia
tengan siempre un lugar donde poner a prueba su magia.
Por las horas, fugaces y eternas, que pasan entre un ahora voy
y el conocido se me ha hecho tarde…
Por el secreto -absoluto- de todo lo que ocurre en en ese bucle temporal
del que nadie sabrá nunca el final.
Por el bendito rimel y las sillas que son armario y los perfumes cargados de ilusiones.
Por todos los cafés del mundo que han acabado con risas y bigotes de nata
…y por todos aquellos que han rescatado tantos corazones descafeinados.
Por la música y por la soledad,
y por ese equilibrio incomprensible entre bailar y gritar
en una habitación vacía de gente y tan y tan llena de ambiente.
Por la sensación de haber perdido el tren, el día y el año
metidos en una espiral de desengaño
Y por todas las nuevas estaciones que nunca conoceríamos
si no hubiéramos perdido de vista los viejos caminos.
Por todas las señales a hostias que nos pintan las mejillas
y nos recuerdan la esencia de esto de estar vivas.
Y por las fuerzas de flaquezas y los corazones en un puño
y los nuevos años vidas nuevas y los más vale tarde que nunca.
Por ese abrazo que te sirvió de paracaídas.
Por esa decisión que tomaste con los ojos cerrados bien fuerte
que acabó siendo una apuesta que ganaste.
Por esa sonrisa que se traga las lágrimas.
Por que el pie izquierdo gane la batalla todas las mañanas.
Por que lo más dulce de la vida
no valdría nada sin ese bocadito un tanto amargo.
Por que ese poquito de azúcar
venza siempre a la píldora que nos dan.
brindemos
CC
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